El 3 de julio el contribuyente español conseguirá cumplir con sus obligaciones fiscales. A partir de entonces, es cuando empieza a generar ingresos para sí mismo. En su informe Día de la Liberación Fiscal elaborado por el think tank Civismo detalla lo que cada ciudadano debe pagar en función de su renta y lugar de residencia.
El presidente del think tank, Julio Pomés, ha recalcado que “el Estado del Bienestar nos cuesta medio año de nuestros ingresos» y ha abogado por «una capacidad de elección mayor sobre el tipo de prestaciones que queremos y dónde deseamos recibirlas”.
El informe elaborado por Civismo, presenta como novedad la inclusión de las cotizaciones a la Seguridad Social, como un impuesto que también recae sobre cada trabajador y empresario (102 días en total).
De hecho, España es el país de la UE con las cotizaciones a la Seguridad Social más elevadas. Según la jefe de investigación, Cristina Berechet, “si únicamente consideramos el tipo de cotización que cubre la jubilación, los trabajadores españoles y sus empresas son los que más cotizan a la Seguridad Social (28,3%), sólo por detrás de Italia y Portugal. En cambio, en Alemania y Suecia, las cotizaciones están entre 8 y 12 puntos por debajo del dato español”.
Berechet, defiende que se incluya en el sueldo de los trabajadores las cotizaciones que las empresas pagan a la Seguridad Social: “Solo entonces podrán reducirse hasta 12 puntos para que el trabajador decida si quiere invertir este dinero en un plan de pensiones privado o, simplemente, destinarlo al consumo”.
Diferencias autonómicas
Aunque la media española para el Día de la Liberación Fiscal se sitúa en el 3 de julio, las diferencias tributarias de una comunidad a otra pueden suponer la necesidad de trabajar nueve días más para pagar al Estado.
Mientras en el País Vasco el día de la Liberación Fiscal llega siete días antes que la media nacional gracias a su régimen foral; la situación opuesta se produce en Cataluña o Cantabria, donde hay que trabajar 9 días más al año (equivalentes a 737 euros) para cumplir con el Estado. La razón de estas diferencias se debe a que en Cantabria y Cataluña el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) está muy por encima de la media.
En este 2014, ha habido algunas CCAA que ya se han atrevido a reducir inmediatamente el impuesto sobre la renta. Las CCAA cuya política fiscal se ha traducido en una bajada de facto del Impuesto sobre la Renta media han sido Galicia, Madrid, Extremadura, País Vasco y Cantabria.
La nueva reforma
Las primeras estimaciones sobre lo que supone la nueva reforma fiscal del Gobierno son que, en 2016, cuando esta entre completamente en funcionamiento, el trabajador medio español verá cómo su día de la Liberación Fiscal se adelanta en nueve días, hasta el 24 junio. De este modo, el esfuerzo fiscal del asalariado medio será parecido al del año 2010, antes de la primera subida del IVA aprobada por el Gobierno de Zapatero.
Con esta reforma, Civismo cifra el ahorro mensual para un mileurista en 12 euros, 18 euros para los que perciban un sueldo bruto de 19.300 euros y 50 euros para una renta media.
Por su parte, Pedro Schwartz considera que «la última reforma fiscal es voluntariamente confusa para que no nos enteremos muy bien». Schwartz demanda una reducción del gasto público, lo que permitiría bajar impuestos: «Si hay paraísos fiscales es porque existen infiernos fiscales.»
También Julio Pomés subraya esta misma idea, al considerar que el problema deficitario tiene que resolverse “reduciendo el gasto público no productivo, reformando la Administración para hacerla más eficiente”.
Imágenes de la rueda de prensa
Vídeo de la rueda de prensa
Informe Día de la Liberación Fiscal 2014
