Cristina Berechet: «Nuestro Estado sale muy caro»
13 de mayo de 2012
Por admin

Los españoles dedican casi medio año al pago de impuestos. Libre Mercado entrevista a Cristina Berechet, autora del Día de la Liberación Fiscal.

Por Diego Sánchez de la Cruz

La economista Cristina Berechet coordina los trabajos de investigación del think tank Civismo. Durante los seis últimos años, Berechet ha realizado numerosas investigaciones sobre el Día de la Liberación Fiscal en España, completando el estudio a nivel nacional y autonómico, así como una calculadora personal de impuestos. En una entrevista para Libre Mercado explica la realidad de la presión tributaria en nuestro país.
Pregunta (P): Según el informe del Día de la Liberación Fiscal para 2012, los contribuyentes españoles trabajan 124 días para cumplir con Hacienda. ¿Cómo se distribuye esta carga entre las diferentes figuras fiscales?
Respuesta (R): El trabajador que gane un sueldo medio de 24.400 euros estaría destinando alrededor de dos meses (54 días) al pago del impuesto sobre la renta, otro mes más (27 días) al IVA y 23 días a la parte de la Seguridad Social que sale del salario bruto del empleado. También trabajaría 13 días para los impuestos especiales que gravan el consumo de alcohol, tabaco, electricidad o la gasolina y otros 7 días para otros impuestos, principalmente los municipales: sobre bienes inmuebles y el impuesto de circulación. En total 8.261 euros se destinan a pagar a la Administración.
P: Rara vez se hace una defensa de la competencia fiscal, pero su estudio apuesta precisamente por estimular esa dinámica entre las Comunidades Autónomas españolas.
R: La competencia fiscal entre los diferentes países del mundo es clave para restringir el tamaño del Estado, generar más libertad para los ciudadanos, crear un entorno favorable al emprendimiento, fomentar la iniciativa privada, y en definitiva, generar mayor prosperidad. Los think tanks liberales de todo el mundo, entre ellos Cato Institute, defienden la competencia fiscal e incluso la introducción del tipo impositivo único (flat tax). Si un país desarrollado quiere volver a las sendas de crecimiento, retener el capital y el know-how de sus trabajadores es necesario que revise su política fiscal, bajando los tipos impositivos, de modo que sea competitivo a nivel internacional. Como think tank liberal, desde Civismo defendemos la competencia fiscal entre las Comunidades Autónomas con el fin de que la bajada de los impuestos se traduzca en una gestión más eficiente del sector público y un mayor nivel de libertad para los contribuyentes de todas las regiones.
P: El cálculo inicial de la Liberación Fiscal excluye las cotizaciones sociales, pero el estudio sí ha calculado su impacto en la presión tributaria.
R: Las cotizaciones a la Seguridad Social que paga el empresario para cada uno de los trabajadores no se computan a la hora de calcular el día de la Liberación Fiscal del contribuyente medio, pero sí están incluidas las cotizaciones por parte del trabajador. No obstante, es también el trabajador el que finalmente soporta si no toda por lo menos parte de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. En la web, cada trabajador puede calcular, además del día en el que deja de pagar impuestos, las cotizaciones a la Seguridad Social que paga el empresario y la fecha global del día de la liberación fiscal que incluye dichas cotizaciones. De este modo, el contribuyente medio estaría trabajando para el Estado hasta el 28 de junio, casi medio año.
P: ¿Qué ocurre en el resto de países europeos en cuanto a la carga fiscal sobre las rentas salariales? ¿Estamos mejor o peor que nuestros socios?
R: Si comparamos la carga fiscal sobre el salario medio de otros países, los españoles pagamos 5 puntos más que la media de la OCDE, pero 1,6 puntos por debajo de la media de la Unión Europea. No obstante, aunque el Estado nos retiene un porcentaje parecido a la media europea de nuestro sueldo, el salario del trabajador español está por debajo de la media; por tanto, con el mismo nivel de renta, pagamos más impuestos que el promedio europeo. En otros países, incluso con prestaciones sociales elevadas como Canadá, el trabajador medio tiene una carga fiscal 9 puntos inferior a la española. Por tanto, no por pagar más impuestos recibimos más o mejores servicios.
P: Los informes sobre Libertad Económica en España subrayan la fortaleza de Navarra o el País Vasco. En el caso del Día de la Liberación Fiscal ambas regiones salen muy bien paradas. ¿Deberíamos extender el concierto económico al resto de España?
R: Navarra y País Vasco han sabido aprovechar el concierto económico para dar más libertad a sus ciudadanos, a través de un menor gravamen sobre las rentas de trabajo, pero también, en el caso de Navarra, a través de unos impuestos municipales más reducidos. Las demás comunidades también tienen libertad de elegir el tipo impositivo que quieren aplicar en la cuota autonómica del impuesto sobre la renta y también libertad en la elección de los impuestos municipales, pero no todos la están explotando para beneficiar al contribuyente. Mientras que Madrid y La Rioja han reducido el impuesto sobre la renta en todos los tramos, Cataluña, Cantabria, Andalucía, Extremadura, Comunidad Valenciana y Murcia han aprovechado dicha libertad para subir los tipos impositivos para las rentas más altas.
P: El movimiento 15-M ha afirmado repetitivamente que los ricos no pagan suficientes impuestos. ¿Qué aporte hacen las rentas altas a la recaudación del IRPF?
R: El 72% de lo que se recauda en el impuesto de renta lo aportan el 19% de los contribuyentes que cobran más de 30.000. En cambio, los contribuyentes de los tramos de renta más reducidos, que representan el 38% del conjunto de contribuyentes, tan sólo proporcionan el 1,2% de la recaudación del impuesto sobre la renta. No es que los ciudadanos no paguemos lo suficiente, es que nuestro Estado sale muy caro. Además, las elevadas tasas de paro hacen que cada vez el número de contribuyentes se reduzca y la presión fiscal sobre las rentas de trabajo aumente para mantener el nivel de recaudación. Especialmente, un menor gravamen sobre el trabajo hace que el mercado laboral funcione mejor, que haya más personas empleadas, un mayor número de contribuyentes y, por tanto, una base tributaria más amplia.

 

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