Deslealtades muy caras
13 de octubre de 2015
Por admin

No sé si la presidenta se ha enterado de que su función no es la representación de los intereses de su partido, o los de la coalición de gobierno, sino la de toda Navarra. La semana pasada, en varias CCAA se cuestionaba el Convenio Económico con el Estado, tachándolo de un privilegio insolidario que beneficiaba a los navarros a costa del perjuicio al resto de españoles. Ante ese ataque, el Gobierno de España, el Partido Popular y el Partido Socialista defendieron nuestra singularidad fiscal. Nadie negará que, a dos meses de las elecciones, la postura más conveniente desde una óptica electoralista era callar y no meterse en camisa de once varas. Afortunadamente primó la responsabilidad, lo que ha venido bien para salvaguardar los derechos históricos que aseguran nuestra prosperidad.

El gesto de la Sra. Barkos supone un desprecio al acto institucional más importante de España. Alinearse con las otras dos comunidades regidas por el nacionalismo puede no salir gratis a los navarros. A diferencia del País Vasco, que tiene la fortaleza propia de un mayor tamaño, somos demasiado pequeños para ganar una guerra contra los que no entienden nuestras prerrogativas históricas. Es probable que si seguimos jorobando a quien nos puede ayudar contribuyamos a la eliminación del Convenio. ¡Es tan fácil! No haría falta un referéndum nacional, que a todas luces perdería Navarra. Bastaría una simple votación en las Cortes en la que la enmienda alcanzase una mayoría de tres quintas partes, algo que ya sucedió con las reformas constitucionales de 1992 y 2011.

Merece la pena recordar que Ciudadanos ha declarado el pasado domingo que «tanto el Convenio navarro como el Concierto vasco tiene fecha de caducidad». ¿Ustedes se creen que se habría conseguido el ‘arreglo’ del IVA de Volkswagen si la relación de Barcina y Goicoechea con Rajoy y Montoro hubiera sido agria por desaires como el del 12 de octubre?

Imaginen que el partido de Albert Rivera está en La Moncloa dentro tres meses formando parte de un gobierno de coalición… Conjeturen que Ciudadanos decide presentar una reforma constitucional contra los ‘privilegios’ de Navarra… Elucubren qué puede pasar si la presidenta de Navarra sigue crispando a Moncloa con gestos desleales con el Estado… Reflexionen qué sería de Navarra sin un Convenio Económico, la herramienta clave a la que debemos todo nuestro actual desarrollo…

Así como hacia fuera la deslealtad aludida de la Sra. Barkos se lleva la palma, la peor hacia dentro es no afrontar la responsabilidad de gobernar, lo que implica pensar sólo en el futuro de la Comunidad. Priorizar iniciativas partidistas, en lugar de las generales, es una traición a los navarros. Hasta ahora, los resultados más visibles de estos meses del nuevo Gobierno Foral son una colección de ocurrencias, afortunadamente seguidas de las rectificaciones inmediatas. Espero que entre estas correcciones se encuentre una esencial para el futuro de Navarra: la modificación del sistema impositivo anunciado.

En el pasado, esa libertad que nos otorga la Ley Paccionada nos ha llevado a ser una de las regiones europeas más prósperas (si nos comparamos con comunidades similares). Ruego al Ejecutivo que sea leal con Navarra y no malgaste su energía conciliando las cuatro posturas antagónicas que están en los genes de los partidos que conforman el Gobierno. En los tiempos convulsos que vive Europa es ineludible que la inteligencia económica presida la estrategia de la Comunidad Foral. La presidenta ha mostrado ser una gran profesional de la comunicación. ¡Qué pena que le falten contenidos de proyectos valiosos que transmitir!

Publicaciones relacionadas