El análisis económico del derecho y las instituciones
31 de julio de 2018
Por admin

Es una idea generalmente aceptada que el nuevo análisis económico del derecho -es decir, el estudio de la eficiencia de las leyes y la jurisprudencia aplicando la metodología de la microeconomía- nació en la década de 1960; y si este movimiento puede identificarse con una persona concreta, ésta es, seguramente, Ronald Coase. Nació Coase en Middlesex (Inglaterra) en 1910. Tras estudiar en la London School of Economics, fue profesor en diversas universidades británicas y norteamericanas; y, en 1964, se trasladó a la Universidad de Chicago, en la que permaneció hasta su jubilación; y en la que se hizo cargo de la dirección del Journal of Law and Economics, revista desde la que ejerció una gran influencia en el desarrollo de este nuevo enfoque interdisciplinar de la ciencia económica.

Sus principales aportaciones consisten en el análisis de una serie de problemas básicos para el funcionamiento de cualquier economía, a los que, hasta aquel momento, la literatura profesional no había prestado la atención debida; y haber demostrado que, en muchos casos, la sociedad es capaz de generar instituciones y normas jurídicas que permiten dar una respuesta alternativa a las propuestas de Pigou para solucionar problemas de fallos de mercado, que el profesor de Cambridge basaba en la intervención estatal.

Dos son los trabajos por los que Coase ocupa un lugar de privilegio en el pensamiento económico del siglo XX. El primero es su artículo La naturaleza de la empresa, que se publicó en 1937, cuando su autor tenía sólo veintisiete años de edad. Este ensayo trataba de dar respuesta a la siguiente cuestión: si el mercado es la institución más eficiente en la asignación de recursos productivos, ¿por qué muchas de las relaciones entre agentes económicos tienen un carácter jerárquico y no se basan en el principio del contrato libre, que es el fundamento de la economía de mercado? En otras palabras, ¿por qué existen las empresas?; instituciones que, en el lenguaje del propio Coase, son «islas de poder que se crean en un mar de relaciones contractuales». Coase encontró la respuesta a estas cuestiones en la idea de que las operaciones que se realizan en un mercado tienen unos costes que los economistas no habían considerado dignos de ser estudiados con detenimiento. Son los costes de realizar las operaciones en el mercado; es decir, los costes de transacción, cuya incorporación al instrumental de la teoría económica supuso una renovación importante en la forma de abordar muchos problemas relevantes en el análisis de la organización de las empresas y las instituciones económicas; y sin los cuales no se puede hoy explicar el funcionamiento de ningún sistema de producción y distribución de bienes y servicios.

Su segunda gran obra es su trabajo de 1960 El problema del coste social, el artículo más citado en la literatura económica de la segunda mitad del siglo XX. En él se presentan los fundamentos de lo que hoy denominarnos el teorema de Coase. Este teorema, aunque basado, sin duda, en ideas del propio Coase, fue formulado realmente por George Stigler en la tercera edición (1966) de su Teoría de los precios. La argumentación que hay detrás de este teorema es bastante simple, pero tiene mucho de contraintuitiva, lo que hace que cueste un poco asimilarla al principio, pero resulte de una lógica aplastante una vez entendida. Afirma que, en un mundo con costes de transacción cero, si no se toman en consideración efectos sobre la riqueza y la distribución de la renta, no habrá fallos de mercado causados por externalidades, ya que las partes negociarán la solución más eficiente en cada caso. Y -lo que resulta aún más llamativo- la asignación inicial de los derechos de propiedad no tendrá efectos sobre la asignación que finalmente se lleve a cabo de los recursos productivos, ya que dichos recursos, al poder ser comprados y vendidos, terminarán en manos de quienes puedan utilizarlos con mayor eficiencia.

En 1988 Coase publicó una recopilación de sus principales trabajos, a los que añadió algunas reflexiones de gran interés sobre su propia obra y la interpretación que otros economistas habían hecho de ella en el curso de los años. El libro se titula La empresa, el mercado y la ley; y, además de ser la obra fundamental para estudiar el pensamiento de nuestro autor, es un libro imprescindible para entender el desarrollo del análisis económico del derecho y la economía institucional de nuestros días. 

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