El efecto de las rebajas fiscales
14 de marzo de 2018
Por admin

En pleno debate sobre la reforma del sistema de financiación autonómica, el Gobierno madrileño ha optado por continuar la senda de reducciones de impuestos que comenzó Esperanza Aguirre hace ya más de una década en materia de tributos cedidos total –el caso del Impuesto de Sucesiones y Donaciones y el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales– o parcialmente (como es el caso del Impuesto de la Renta, IRPF).

En primer lugar, llama poderosamente la atención la posición de Madrid, desmarcándose claramente del resto de autonomías y del propio Ministerio de Hacienda que en cada Consejo de Política Fiscal y Financiera pide reiteradamente la armonización fiscal y tipos mínimos en casos como el Impuesto del Patrimonio o el de Sucesiones. Sin embargo, Cristina Cifuentes ni va a recuperar el Impuesto del Patrimonio ni tampoco va a establecer una tributación mínima en Sucesiones de padres a hijos, sino todo lo contrario. Incluso, establece una deducción insólita en España para sucesiones de vía colateral que está claramente enfocada a atraer a empresas familiares y particulares de mediano-alto patrimonio que carecen de descendencia directa. Las más de 38.000 renuncias de herencias anuales, siendo la mayoría a causa de la abusiva fiscalidad sobre la riqueza, son una fuente de generación de riqueza que Madrid quiere aprovechar.

En segundo lugar, la Comunidad de Madrid se coloca como la región donde el tipo marginal mínimo del IRPF es el más bajo de los tramos autonómicos y también del tramo estatal (9,00 en Madrid frente al 9,50 en el tramo estatal). Sin embargo, los efectos reales son escasos puesto que con la última Reforma Fiscal de 2015, las rentas por debajo de 12.450 euros anuales apenas pagan IRPF.

Por último, una medida preocupante es la bonificación fiscal para la compra de vivienda habitual cuando la transacción es entre particulares (se aplica ITP). Igual que el Plan del Gobierno aprobado el pasado viernes en Consejo de Ministros, son transferencias de renta que van de forma directa a promotores y constructores, produciéndose una elevación proporcional en el precio de venta de las viviendas. Salvo este punto, el plan de rebajas fiscales de Madrid va en la buena dirección.

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