¿Racionalidad o rencor?
23 de junio de 2016
Por admin

Las presentes elecciones son la mejor oportunidad que tenemos los navarros descontentos para advertir al Gobierno foral de que estamos hartos de su incompetencia, especialmente en materia económica y fiscal. Como he dicho ya en estas páginas (3/5/2016), los navarros debemos ir a votar el 26-J en clave foral. Un aumento significativo de votos para los partidos que no forman parte del cuatripartito constituiría un serio aviso. Si, ante éste, el Ejecutivo permaneciera sordo, la sociedad civil tendría que convocar una Iniciativa Legislativa Popular (Ley foral 3/1985), medida extrema que obligaría al Parlamento a tramitar el objeto de la consulta, por ejemplo, un adelanto electoral.

La cruda verdad es que no hemos salido de la crisis y que la recuperación es todavía frá- gil. No estamos para aventuras y menos para ocurrencias que dan risa. Los indicadores macroeconómicos de Navarra muestran que los nueve meses que lleva gobernando el cuatripartito han sido nefastos. Daré dos datos. Las tasas de crecimiento interanual del Producto Interior Bruto de la Comunidad foral en los tres trimestres en los que ha gobernado el cuatripartito han sido de 3,1%, 3,3% y 3,1%. Los valores en esos mismos períodos para el total de España han sido del 3,4%, 3,5% y 3,4%, lo que indica que Navarra crece menos que la media.

Si observamos la evolución de la tasa de paro registrada en Navarra desde el final del segundo trimestre de 2015 hasta el final del primer trimestre de 2016, vemos que ésta ha subido un 1,7%, mientras que en el conjunto de España, en País Vasco y La Rioja, ha bajado un 1,37%, un 3,18% y un 2,01% respectivamente. Cuando llegó el cuatripartito, la tasa de desempleo de Navarra era la más baja de España. Ahora, aumenta, mientras el empleo crece en las regiones limítrofes y en el conjunto del país.

No les quiero cansar con más cifras, pero se van más empresas de las que llegan. La reforma fiscal está asustando a posibles inversores y emprendedores. La recaudación es menor de lo esperado. Sorprende que el consejero proteste por la competitividad fiscal que exhiben otras regiones. ¿No será que éstas, al ofrecer más ventajas desde el punto de vista tributario, atraen a los contribuyentes que huyen de infiernos fiscales como el navarro?

El problema no es que se recaude poco, sino que se gasta mal y demasiado. La Administración foral debe adelgazar, para lo cual se necesita una gestión más eficiente, especialmente en Sanidad. Por mucho que lo intente esconder la presidenta, Navarra va mal y nadie puede mostrarse indiferente, porque le va a afectar. Hasta ahora, lo habitual era que la Comunidad tuviera un rendimiento superior a la media nacional, especialmente cuando la economía crecía. Ahora, nos encontramos en una tesitura bastante peor que la que había con el vilipendiado Ejecutivo de UPN, lo que demuestra que la política económica de Uxue Barkos no está a la altura de la de Barcina.

Es comprensible que usted esté disgustado con los políticos, pero recuerde que votar a los que sabemos que destrozan la economía, con el simple objetivo de castigar a quienes nos han defraudado, conlleva siempre un empeoramiento. La satisfacción a nuestro resentimiento no puede tener el coste de auto-infligirnos un daño mayor.

El próximo 26 de junio, los navarros tenemos la oportunidad de sancionar con nuestro voto el grado de aprobación de las políticas del Gobierno foral. No se quede en casa. Aunque tenga que ponerse una pinza en la nariz, moléstese en ir a votar al partido, con probabilidad de sacar escaño, que apueste por unas políticas económicas más sensatas. Si no lo hace y resulta perjudicado, no se queje. Debía haber puesto el granito de arena solidario de su voto para evitarlo. ¡Navarra lo merece!

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