Trump, desequilibrando el libre mercado
20 de enero de 2017
Por admin

El próximo viernes llegará a la Casa Blanca el polémico Donald Trump. Esta semana, volvió hacer temblar con un simple discurso a la economía mexicana, a las empresas estadounidenses que invierten fuera de su país, y a los que se preocupan por el equilibrio ecológico del planeta.

Mientras no pocos gobiernos de todo el mundo se plantean la lucha contra el cambio climático, la política ambiental del nuevo presidente va en sentido contrario. Trump ha  manifestado en reiteradas ocasiones la retirada de EEUU del tratado COP21, que busca la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. También anunció la apertura de explotaciones mineras en sectores altamente contaminantes, como el carbón y los hidrocarburos.

Este cambio en las políticas medioambientales de una de las naciones que más polución genera puede conducir a una aceleración en el incremento de la temperatura de la Tierra. Esto afectaría negativamente a los ecosistemas, lo que, junto al deterioro de su fauna y flora, podría aumentar las hambrunas y los desastres naturales, que ya han alcanzado una situación alarmante en muchas de las naciones más pobres del mundo.

Un crecimiento económico desequilibrado

Los menores costes ambientales prometidos por Trump, unidos a una política fiscal expansiva, van a permitir un mayor crecimiento económico, a corto plazo, para la economía norteamericana. Así, el Banco Mundial, en su informe «Perspectivas económicas mundiales», publicado esta semana, prevé, en 2017, un crecimiento del 2,2%, frente al 1,6% del año pasado. Ayhan Kose, director del estudio, señala que, dado el enorme tamaño de la economía de EEUU, el viraje en la orientación de sus políticas puede dar lugar a una reacción en cadena positiva a nivel mundial.

Se trata, sin embargo, de un crecimiento desequilibrado, tanto desde el punto de vista ambiental como tributario. De ahí que el nuevo presidente, para lograr la expansión del gasto público que se propone, debiera buscar la manera de incrementar los ingresos fiscales. Y también mostrar más cautela con el aumento de la deuda, que, en la actualidad, ya supera los 15 billones de dólares y comienza a representar un riesgo para los sistemas financieros mundiales y para la propia economía de EEUU.

Además, tal como apunta el Banco Mundial, los beneficios de la política fiscal expansiva podrían verse neutralizados por los efectos negativos de los cambios en materia de comercio exterior.

Aumenta el proteccionismo comercial

Las políticas proteccionistas que piensa aplicar el nuevo presidente son malas noticias para el mercado global, al reducir la eficiencia económica y, con ella, las oportunidades de generar ventajas competitivas. Por ejemplo, las exportaciones de la Unión Europea (UE) y China hacia los EEUU sufrirán por el aumento de los aranceles y la falta de acuerdo sobre los diferentes tratados comerciales que éste iba a firmar con los países de la región del Pacífico y la UE.

Varias empresas norteamericanas están posponiendo nuevas inversiones, o incluso replanteándose el acometerlas, ante las amenazas de Trump de imponer aranceles sobre las importaciones. El presidente ejecutivo de Fiat Chrysler confesó esta semana que, si éstos son altos, la fabricación de productos fuera de EEUU no tendría sentido económico. La globalización ha estado, durante muchos años, asignando eficientemente los recursos a la cadena de valor de la producción mundial. Ahora, si el mercado estadounidense se cierra, su lógica se romperá.

Europa tiembla

La elevada incertidumbre que planea sobre las empresas estadounidenses también sobrevuela a las europeas. De ahí que las perspectivas económicas del viejo continente para el nuevo año sean muy difusas. Al proteccionismo de Trump, hay que añadir otros problemas económicos y sociales (como la crisis de los refugiados de Alemania) que pueden incidir negativamente en el crecimiento.

Es en este contexto en el que hay que encuadrar el incremento de popularidad de partidos nacionalistas, proteccionistas y xenófobos de los últimos años, los cuales pueden causar, no sólo una escalada de conflictos internos, sino también resistencias a la continuidad de la UE. Por esto, son muy importantes los resultados de las citas electorales de 2017: las de Alemania, Francia, Holanda, Noruega, República Checa, Hungría, Eslovenia y Portugal; que en ellas triunfen partidos con propuestas más incluyentes y menos separatistas.

De gran relevancia resultan también los diálogos entre la UE y Reino Unido en torno al Brexit, el cual es un claro ejemplo del nacionalismo referido previamente, y de la creación de barreras proteccionistas que se está viviendo a nivel mundial. No hay que olvidar que las economías de la una y el otro se encuentran fuertemente interconectadas. Por ello, las negociaciones deberán realizarse de forma rápida, de modo que se alcancen acuerdos comerciales y financieros que no les afecten negativamente en el corto y el largo plazo.

A un nivel más global, las buenas relaciones y, por tanto, las mayores posibilidades de diálogo entre los presidentes de EEUU y Rusia podrían enfriar la escalada de conflictos y reducir las mutuas sanciones que se sucedieron en años anteriores.

México se debilita

Además de la pérdida de beneficios comerciales de EEUU, UE y China, la situación económica se muestra todavía más incierta para México. Trump anunció la ruptura o modificación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) con el fin de proteger la economía estadounidense de la entrada de productos fabricados en México. También va a sancionar a las empresas de su país que realicen inversiones en el extranjero. Para evitar estas penalizaciones, Ford canceló una inversión de 1.600 millones de dólares en México. Trump anunció también que detendrá el flujo de remesas de los mexicanos residentes en EEUU a sus familiares en el país vecino, una cuantía que es mayor que los ingresos derivados de la explotación y comercio de petróleo.

En resumen, la caída de las reservas mexicanas de divisas debido a las decrecientes exportaciones, la menor entrada de inversión extranjera, el bajo precio de los hidrocarburos, y las menguantes remesas de los emigrantes han generado una fuerte depreciación del peso mexicano y una menor recaudación de impuestos. Como consecuencia, las previsiones de crecimiento para México en 2017 se están revisando a la baja.

Así las cosas, la economía mundial se enfrenta a un problema medioambiental y a una reducción del comercio exterior y la inversión internacional. En general, los cambios en las reglas de juego que propone Trump pueden repercutir negativamente en el crecimiento económico mundial. De ahí que los gobiernos del mundo entero deban combatir las corrientes proteccionistas que buscan destruir los avances alcanzados por el libre mercado y la globalización, después de décadas de logros por parte de la Organización Mundial del Comercio.

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