El tamaño ayuda a innovar
4 de junio de 2017
Por admin

La innovación se suscita siempre del enfrentamiento de ideas diversas y de la visión comprensiva de la complejidad. La generación de valor procede de esta interacción e integración entre lo distinto. Sólo cuando se dedican los mejores recursos humanos y se invierte sistemáticamente, los bienes que producimos consiguen un mejor precio en el mercado. Ahora, la competitividad que crea riqueza es la que tiene más calidad, no la barata. Por ello, los expertos en desarrollo de negocio subrayan la importancia de la innovación, a la que consideran la herramienta más potente que tiene una compañía para poder mantenerse y crecer en un mercado cada día más globalizado.

Es importante que las empresas entiendan que innovar significa adoptar nuevas tecnologías que afectan a todas sus áreas funcionales. Y hay que asegurarse de que todos los trabajadores tengan el conocimiento necesario para exprimir las ventajas de las inversiones en I+D+i, de modo que se puedan maximizar los resultados.

A este respecto, no todas las empresas pueden permitirse una elevada inversión en innovación. Sólo a las grandes les es posible afrontar elevados desembolsos en equipos tecnológicos de alto coste. Las pymes difícilmente optarán, por ejemplo, a sistemas informáticos sofisticados que faciliten una mejor organización del trabajo y mayor recopilación e integración de datos.

 

 
Vocento

España se halla por debajo de la media en innovación entre los países miembros de la Unión Europea, según el rendimiento contemplado en el Cuadro Europeo de Indicadores de Innovación de la UE. A cierre de 2016, nuestro país se situó en el puesto 20 de 28. En este sentido, es evidente que uno de los hándicaps a la hora de innovar es el tamaño medio de la empresa española.

Esto se hace aún más patente por regiones. Madrid y Cataluña, donde se concentra el mayor número de empresas innovadoras de nuestro país (2.854 y 3.798 respectivamente), también son sede de las más grandes (más de 200 trabajadores). Les siguen Andalucía, con 1.593 compañías innovadoras, y Comunidad Valenciana, con 1.885, siendo respectivamente la tercera y la cuarta con mayor número de grandes empresas. Esto concuerda con el hecho de que las comunidades que reúnen menos empresas innovadoras son también las que presentan mayor carencia de grandes. Es el caso de La Rioja, Extremadura y Cantabria.

No hay duda de la importancia de un marco favorable para el crecimiento de las empresas. Cuando éstas poseen el tamaño suficiente, la inversión en I+D+i tiene un impacto positivo, tanto para la propia compañía, como para los ciudadanos. A mayor dimensión, el entorno laboral es más competitivo, lo que provoca que se requieran trabajadores altamente cualificados, con la consiguiente atracción de los jóvenes más formados.

Las grandes empresas resultan fundamentales para el tejido productivo español, ya que, además, son las principales generadoras de empleo. Según el Ministerio de Empleo, con datos de Afiliación a la Seguridad Social, en 2016 las compañías con más de 100 trabajadores hicieron crecer sus plantillas un 3,6% interanual, frente a las de menor tamaño, que crearon apenas un 1,5% de nuevos puestos. Lo pequeño puede ser hermoso, pero si es una empresa no facilita la innovación.

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